¿Sabías que puedes deducir hasta un 120% de tu inversión en proyectos culturales?

La Ley de Impuesto sobre Sociedades (LIS) ofrece un atractivo sistema de deducciones para empresas y autónomos que apoyen proyectos culturales en España. Esta iniciativa, regulada en el artículo 39.7 de la LIS, te permite recuperar la totalidad de tu inversión y obtener un beneficio adicional del 20%.

¿Cómo funciona?

Para acceder a esta deducción, es importante cumplir con algunos requisitos:

• La inversión debe realizarse en proyectos culturales desarrollados en España.
• No se pueden adquirir derechos de propiedad intelectual o de otra índole sobre los resultados del proyecto.
• La propiedad del proyecto debe ser en todo caso del productor.

¿Cómo podemos ayudarte?

En TAX&CULTURE, somos expertos en materia de deducciones fiscales y podemos ayudarte a:

• Comprender los requisitos y condiciones del sistema de deducciones.
• Tramitar la solicitud de deducción de forma rápida y eficiente.
• Maximizar el beneficio fiscal para tu empresa o para ti mismo como autónomo.

Contacta con nosotrxs

Si estás interesado en beneficiarte del nuevo régimen de deducciones culturales, no dudes en contactarnos. Te informaremos de todos los detalles sin ningún compromiso ni coste alguno.

¿Quieres saber más?

Puedes consultar el artículo de la sección económica de El País sobre el tema:
 https://english.elpais.com/culture/

También puedes escuchar la entrevista en radio Intereconomía: https://intereconomia.com/directo/

¡No pierdas esta oportunidad única de apoyar la cultura y obtener un beneficio fiscal!

La cantidad máxima que te puedes deducir por invertir en espectáculos y cine depende de lo que hayas aportado se calcula del siguiente modo:

1. Multiplica por 1,20 la cantidad invertida en la financiación del proyecto.
2. Ese resultado será la cantidad máxima que te podrás deducir.
3. El contribuyente podrá deducirse hasta el 50% de la cuota íntegra de su impuesto (Impuesto de Sociedades o IRPF).

Las aportaciones económicas para financiar los costes de producción de proyectos culturales pueden realizarse en cualquier etapa del proceso, tanto antes como después de que el productor incurra en dichos gastos. La flexibilidad se extiende hasta la obtención de los certificados mencionados en el artículo 36 de la ley, ya sea el certificado de obra terminada (letra a') del apartado 1 o el certificado de producción (letra a) del apartado 3.

Sólo existe un límite temporal: las aportaciones no podrán superar el período impositivo en que el productor incurra en los gastos mencionados.

Una empresa tecnológica decide invertir 100.000 euros en la producción de una película española. A cambio de esta aportación, la empresa recibe un crédito fiscal de 120.000 euros, lo que le permite reducir su pago del impuesto de sociedades. En este caso, la empresa obtiene un beneficio neto de 20.000 euros por su inversión en el sector cultural.

Las empresas pueden beneficiarse de importantes ventajas fiscales al invertir en proyectos culturales, como la música, el audiovisual y el teatro. Este sistema de deducciones no solo representa un ahorro fiscal para las empresas, sino que también se convierte en un pilar fundamental para el desarrollo cultural del país.

La normativa que regula este régimen se caracteriza por su claridad y seguridad jurídica, ya que todo el proceso está perfectamente definido en la ley. Para acceder a estas deducciones, las empresas deben seguir un procedimiento específico:

• Contrato de financiación: La empresa que financia el proyecto debe presentar un contrato de financiación que cumpla con los requisitos establecidos en la ley.
• Certificación: El Ministerio de Cultura debe emitir un certificado que confirme que el proyecto cumple con los requisitos necesarios para ser beneficiario de las deducciones.
• Comunicación a Hacienda: La empresa que financia el proyecto debe comunicar a la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT) su intención de aplicar la deducción, junto con el contrato de financiación y el certificado del Ministerio de Cultura. Esta comunicación debe realizarse antes de la finalización del período impositivo en el que la empresa tiene derecho a aplicar la deducción.

Este mecanismo de cesión de deducciones permite a las empresas canalizar su inversión social hacia el sector cultural, obteniendo a cambio un beneficio fiscal y contribuyendo al mismo tiempo al enriquecimiento cultural del país. La claridad y seguridad jurídica del proceso garantizan la transparencia y confiabilidad del sistema.

El promotor y los inversores que intervengan en la financiación del proyecto deberán formalizar uno o más acuerdos de financiamiento, los cuales podrán rubricarse en cualquier etapa del proyecto, y deberán contener, entre otros puntos, los siguientes aspectos:

• Identificación de los inversores que participan en el proyecto y en su financiamiento.
• Descripción del proyecto.
• Presupuesto del proyecto con un desglose detallado de los gastos, especialmente aquellos que se efectuarán en el territorio español. Además, se incluirán los costos previstos para la creación de copias, así como para la publicidad y promoción a cargo del promotor, con una descripción pormenorizada de aquellos que se llevarán a cabo en España.
• Modalidades de financiamiento del proyecto y de los gastos relacionados con la creación de copias, publicidad y promoción a cargo del promotor. Se especificarán por separado las sumas aportadas por el promotor, las aportadas por los inversores que participen en su financiamiento, y aquellas correspondientes a subvenciones u otras formas de respaldo.

A diferencia de otras inversiones, la deducción por inversiones en cultura no implica la adquisición de acciones ni la participación en el capital social de la empresa productora del proyecto cultural. Esto significa que no es necesario asumir el riesgo de que el proyecto genere pérdidas, ya que la deducción fiscal se obtiene por la realización del concierto, la película o el evento cultural en sí, independientemente de su éxito económico.

Además de las ventajas fiscales, las empresas que se acogen a este régimen pueden explorar sinergias interesantes con los proyectos culturales en términos de patrocinio y responsabilidad social corporativa. Esto puede mejorar la imagen de la empresa y fortalecer su vínculo con la comunidad.